Su Santidad invita a transmitir la esperanza en los tiempos difíciles.
Cada 24 de enero, en el marco de la memoria de San Francisco de Sales, conocido por ser el Gran Santo de la Amabilidad y quien también lleva el título de Patrono de los Periodistas y Comunicadores Sociales, Su Santidad Francisco publicó un emotivo mensaje dirigido a quienes ejercen el periodismo invitando a compartir con mansedumbre la esperanza que hay en sus corazones en los tiempos más duros que atraviesa el mundo.
El mensaje forma parte de la 59ª Jornada Mundial de las Comunicaciones que se celebrará el 1 de junio de 2025.
“Quisiera con este Mensaje invitarlos a ser comunicadores de esperanza, comenzando por una renovación de su trabajo y misión según el espíritu del Evangelio”, reitera el Papa Francisco.
El Sumo Pontífice inicia el mensaje con un repaso de la actualidad del mundo de las comunicaciones, marcado por la desinformación y la polarización, donde pocos centros de poder controlan un volumen de datos e informaciones sin precedentes.
Una de las grandes prioridades que presenta el Papa Francisco en su mensaje es “desarmar la comunicación”, advirtiendo que con mucha frecuencia la comunicación no genera esperanza, sino miedo y desesperación, prejuicio y rencor, fanatismo e incluso odio.
“Se usa la palabra como un puñal; se utiliza incluso informaciones falsas o deformadas hábilmente para lanzar mensajes destinados a incitar los ánimos, a provocar, a herir”, señala Su Santidad.
Otro de los factores que influyen en las comunicaciones sociales es la dispersión programada de la atención mediante los sistemas digitales que, según las lógicas del mercado, es capaz de modificar la percepción de la verdadera realidad del mundo.
Asimismo, Su Santidad Francisco expresó sus más profundos sueños sobre el mundo de la comunicación.
“Sueño con una comunicación que sepa hacernos compañeros de camino de tantos hermanos y hermanas nuestros, para reavivar en ellos la esperanza en un tiempo tan atribulado. Una comunicación que sea capaz de hablar al corazón, no de suscitar reacciones pasionales de aislamiento y de rabia, sino actitudes de apertura y amistad; capaz de apostar por la belleza y la esperanza aun en las situaciones aparentemente más desesperadas; capaz de generar compromiso, empatía, interés por los demás. Sueño con una comunicación que no venda ilusiones o temores, sino que sea capaz de dar razones para esperar”, exhortó.
Por otro lado, el Papa Francisco propone una solución frente a otro fenómeno que afecta en gran medida a las comunicaciones: la enfermedad del protagonismo.
“Debemos sanar de las enfermedades del protagonismo y de la autorreferencialidad, evitar el riesgo de discursos inútiles. Lo que logra el buen comunicador es que quien escucha, lee o mira pueda participar, pueda sentirse incluido, pueda encontrar la mejor parte de sí mismo y entrar con estas actitudes en las historias narradas. Comunicar de esa manera ayuda a convertirse en peregrinos de esperanza”, reiteró Su Santidad.
El Máximo Jerarca de la Iglesia Católica también animó a los periodistas y comunicadores sociales a descubrir y a contar las numerosas historias de bien escondidas entre los pliegues de la crónica.
“Esta comunicación puede contribuir a entretejer la comunión, a hacernos sentir menos solos, a descubrir la importancia de caminar juntos”, aseguró.
Por último, Su Santidad concluye su mensaje compartiendo algunos consejos prácticos para no descuidar la vida interior de cada periodista y comunicador.
La Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales fue instaurada por el Papa San Pablo VI en 1967, tras el Concilio Vaticano II, como una celebración anual que anima a reflexionar sobre las oportunidades y los retos que ofrecen los medios de comunicación y sobre cómo la Iglesia Católica puede comunicar mejor el mensaje del Evangelio.
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