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La experiencia fusiona la cocina persa y del Medio Oriente con los sabores colombianos.
Bogotá se prepara para recibir una propuesta gastronómica única que promete revolucionar la escena culinaria de la ciudad: BahBah. La reconocida cantante colombiana y ex participante de MasterChef Maía, junto con el empresario bogotano Felipe Rivera y otros socios, ofrece una experiencia culinaria innovadora que fusiona la cocina persa y del Medio Oriente con sabores e ingredientes colombianos, creando así una propuesta gastronómica única en su tipo en la ciudad.
Maía, una de las voces más destacadas de la música colombiana, ha cautivado al público con su talento y carisma desde sus inicios en la escena musical. Con una exitosa carrera que abarca más de dos décadas, la barranquillera ha dejado una marca indeleble en la industria musical con su estilo único que combina ritmos caribeños y tropicales con influencias de jazz soul y gospel.
Además de su pasión por la música, Maía también ha demostrado un profundo interés por la gastronomía y la cocina. Como amante de la buena comida y los sabores auténticos, Maía ha explorado diferentes culturas culinarias durante sus viajes alrededor del mundo, desarrollando un paladar refinado y una apreciación por la diversidad gastronómica.
Su participación en Bah Bah va más allá de ser una socia, ya que Maía aporta su creatividad y sensibilidad artística al proyecto. Su visión de fusionar la cocina persa y colombiana en un ambiente acogedor y vibrante refleja su compromiso con la excelencia y la innovación en la gastronomía.
Por otra parte, con una sólida formación en economía y finanzas de la Universidad Kennesaw State University de Georgia, Felipe Rivera, otro de los importantes socios de Bah Bah, regresa a Bogotá con la visión de introducir una propuesta gastronómica única que refleje sus experiencias culinarias y su pasión por la innovación en la cocina. Como co-fundador de establecimientos gastronómicos exitosos en Estados Unidos, incluyendo Botánico Rooftop and Bar en Buckhead, Atlanta, y Palo Santo en West Midtown Atlanta, el bogotano está decidido a ofrecer una experiencia gastronómica de clase mundial en su ciudad natal.
El equipo detrás de Bah Bah está compuesto por profesionales de la gastronomía y la hospitalidad que comparten la visión de Rivera.
Otro miembro destacado del equipo es Andrés Morales Domínguez, un empresario con una sólida trayectoria en la industria inmobiliaria y tecnológica. Con su pasión por la excelencia y la sofisticación, Morales Domínguez aporta una perspectiva única al proyecto, enfocándose en ofrecer una experiencia gastronómica que combine lo mejor de la cocina internacional con los sabores locales.
José Rojas, también hacer parte de este prestigioso equipo de emprendedores. Es un chef con 16 años de experiencia en la industria gastronómica, incluyendo restaurantes de renombre internacional. Con su experiencia en la creación de platos innovadores y su pasión por la creatividad culinaria, Rojas será fundamental en la creación del menú único de Bah Bah que promete deleitar a los comensales con sabores y texturas inesperados.
Bah Bah no sólo busca satisfacer el paladar de los bogotanos, sino también inspirar a otros emprendedores a explorar nuevas fronteras en la gastronomía y contribuir al desarrollo económico y cultural de la ciudad. Con una propuesta gastronómica innovadora y un equipo apasionado detrás de él, Bah Bah promete ser un destino culinario imperdible en Bogotá.
Una experiencia gastronómica que atrae los sentidos
El nombre Bah Bah se inspira en una expresión persa que no tiene una traducción directa, pero que se utiliza para expresar admiración y deleite ante algo que atrae los sentidos.
En farsi, Bah Bah es un cumplido audible que se utiliza cuando algo es muy bueno, encantador o delicioso. Los iraníes suelen decir Bah Bah cuando la comida huele o sabe muy bien, al ver una escena hermosa, o incluso al recibir a un visitante en casa como expresión de alegría por su visita.
Con la apertura de este nuevo establecimiento, Maía, Felipe Rivera y su equipo esperan no solo satisfacer el paladar de los bogotanos, sino también inspirar a otros emprendedores a apostar por el potencial gastronómico de la ciudad y contribuir al desarrollo económico y cultural de la misma.
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