Medellín lidera la investigación realizada por la plataforma de aprendizaje de idiomas Preply.
Preply, plataforma de aprendizaje de idiomas que conecta a tutores con cientos de miles de estudiantes en 180 países, realizó un estudio exhaustivo en 20 ciudades, esto con el fin de poder comprender mejor las razones existentes detrás del lenguaje vulgar, mal hablado o grosero de los colombianos.
Dentro de los detalles de la investigación, se evidencia por ciudades el número de malas palabras expresadas, identificando que Medellín lidera la encuesta con 9 malas palabras expresadas a diario, seguido por Manizales y Cali con 8, y continuando con Bucaramanga con 7 malas palabras al día.
En cuanto a edades, las personas que más dicen malas palabras al día están entre los 16 a 24 años (7 palabras), 25 a 34 y de 35 a 44 años (ambos rangos etarios con 5 palabras diarias), de 45 a 54 años (4 palabras) y, de 55 años en adelante (2 palabras).
La muestra, por género, también brinda datos interesantes, indicando que un 42.23% de los hombres dicen más de 5 groserías al día, mientras que las mujeres los superan, alcanzando un 45.44%.
Asimismo, la muestra indica que en el país se suele mencionar malas palabras también, dependiendo de los entornos, siendo los principales los siguientes:
- Fuera con amigos: Muy a menudo 37% | Nunca o casi nunca 22%.
- En casa: Muy a menudo 17% | Nunca o casi nunca 44%.
- En el coche: Muy a menudo 18% | Nunca o casi nunca 44%.
- En el lugar de trabajo: Muy a menudo 9% | Nunca o casi nunca 65%.
Por otro lado, con respecto al uso de malas palabras dirigidas hacia otras personas, el análisis muestra que los colombianos suelen maldecir más a sus amigos y a sí mismos:
- A sus amigos: 37.05%.
- A sí mismo: 32.87%.
- A sus hermanos: 18.92%.
- A sus colegas: 9.46%.
- A sus parejas: 7.77%.
En conclusión, el estudio de Preply revela un panorama profundo sobre el uso de malas palabras en Colombia, direccionado a que se conozca de mejor manera como es el lenguaje en el país, en cuanto al día a día, asimismo, compartiendo con otras personas, realizando ciertas actividades, abordando las edades, género, y la frecuencia en que se dicen. Esta es una manera de demostrar cómo es la cotidianidad del habla y las expresiones.
Para algunos, se puede argumentar que refleja una falta de refinamiento lingüístico, mientras que para otros, representa una parte inherente de la identidad colombiana, al expresar de esta forma un lenguaje coloquial de manera única.
Al final, si estas palabras afectan o no el diario vivir, depende de la percepción individual y del contexto social en el que se utilicen, destacando la complejidad de las dinámicas de la sociedad.
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