Genfar lanza preocupantes cifras.
Cada 12 de agosto, cuando se celebra el Día Mundial de la Juventud, hay preocupantes cifras que demuestran el aumento en ciertas patologías entre la población joven asociada al uso excesivo de tecnologías y menos socialización presencial.
La juventud, definida en el rango de 15 a 24 años de acuerdo con la UNESCO, representa un grupo poblacional dinámico y en su mayoría saludable. Sin embargo, existen diversas condiciones de salud que lo impactan, siendo las infecciones respiratorias, padecimientos cardiovasculares y la obesidad, las más comunes. Es por esto que en el marco del Día Mundial de la Juventud se busca hacer un llamado a esta población, para que sean más conscientes de la importancia de cuidar su salud.
Este tipo de afecciones crónicas, aunque no son tan frecuentes en esta etapa de la vida, algunas sí presentan un riesgo considerable. Las enfermedades cardiovasculares, por ejemplo, pueden desarrollarse debido al consumo de cigarrillos, que afecta gravemente el sistema respiratorio.
La obesidad, ligada a una ingesta inadecuada de alimentos, el sedentarismo y el uso excesivo de dispositivos electrónicos, también es una preocupación creciente en la juventud. Además, el uso de vapeadores, sustancias ilícitas y alcohol han demostrado tener un alto impacto en su salud y haciendo que sean más dependientes a estos.
En muchos casos, prácticas en exceso como el gaming o consumo de redes sociales pueden llevar a adicciones asociadas al juego, la pornografía, y otras actividades, adicional a que muchas veces son vinculadas a la búsqueda de aceptación social. La sensibilidad de los jóvenes a la recepción de información también contribuye a la adopción de estas conductas.
En cuanto a la salud mental, se ha observado un aumento en las tendencias depresivas desde la pandemia, atribuido a la falta de socialización y al reemplazo de interacciones cara a cara por las virtuales. Esto ha incrementado los riesgos y subraya la necesidad de promover estilos de vida saludables y activos, donde el entorno tiene un papel crucial.
El impacto del consumo de tecnología en la salud mental de los jóvenes es un tema de creciente preocupación, y no debe subestimarse. En un mundo donde las redes sociales tienen un papel central en la vida diaria, los jóvenes están constantemente expuestos a imágenes y narrativas que sólo muestran los aspectos más positivos de la vida de los demás. Esta exposición puede generar una percepción distorsionada de la realidad, llevándolos a compararse con lo que ven en línea y, en muchos casos, a sentir que su propia vida no está a la altura. Esta comparación constante puede tener efectos devastadores en la autoestima, provocando sentimientos de insuficiencia, ansiedad y depresión.
La doctora Alexandra Vega, Gerente Médica y de Farmacovigilancia de Genfar, menciona que es fundamental educar a las nuevas generaciones para que comprendan que las redes sociales no son un reflejo completo de la realidad. Las imágenes y los mensajes que ven son a menudo cuidadosamente seleccionados y editados para mostrar solo momentos de felicidad y éxito. Entender esto les ayudará a desarrollar una visión más equilibrada de sus propias vidas y a reducir la presión de intentar alcanzar estándares inalcanzables.
“Es necesario que se aborden estas temáticas de manera integral, involucrando a las familias, instituciones educativas y a la sociedad en general, para garantizar que los jóvenes puedan crecer y desarrollarse en un entorno que les permita llevar una vida saludable y equilibrada”, enfatizó la doctora Vega.
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